"¡No quiero vestirme!" "¡No quiero lavarme!" "¡No quiero dormir!"
Transforma esos “no” en momentos de conexión.
Tu aliado para crear rutinas claras, visuales y sin gritos: el Horario Imantado.
Hace no tanto, las mañanas en casa eran una guerra:
— “¡Ponte los calcetines!”
— “¡Corre, que llegamos tarde!”
Y yo... con la garganta cansada y el corazón apretado.
Y yo... con la garganta cansada y el corazón apretado.
Así que decidí crear algo sencillo pero poderoso, que ayudara a mi hijo a entender mejor su rutina y sentirse seguro: una forma visual y respetuosa de anticipar, sin gritar, sin castigar, sin repetirlo todo mil veces.
Hace no tanto, las mañanas en casa eran una guerra:
— “¡Ponte los calcetines!”
— “¡Corre, que llegamos tarde!”
Y yo... con la garganta cansada y el corazón apretado.
Y yo... con la garganta cansada y el corazón apretado.
Así que decidí crear algo sencillo pero poderoso, que ayudara a mi hijo a entender mejor su rutina y sentirse seguro: una forma visual y respetuosa de anticipar, sin gritar, sin castigar, sin repetirlo todo mil veces.
horario imantado
¿Qué incluye?
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1 Panel imantado
Se coloca fácilmente en la nevera y está diseñado para que los peques entiendan sus rutinas de un vistazo. Arriba incluye el espacio para el día de la semana, y debajo se organiza en cuatro bloques: mañana, mediodía, tarde y noche, para acompañar cada momento del día de forma clara y visual.
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Fichas
27 fichas ilustradas con las actividades más comunes del día, diseñadas para que los peques las entiendan aunque no sepan leer. 3 fichas en blanco para personalizar con tus propias rutinas. 7 fichas con los días de la semana.
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Bolsita de tela
De regalo esta bolsita de tela ligera y práctica sirve para guardar todas las fichas del horario imantado cuando no se estén usando. Así evitas que se pierdan y mantienes todo organizado.
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Rotulador
De regalo un rotulador para escribir en las fichas en blanco del horario imantado y personalizar las rutinas de tu peque de forma sencilla.
¿Para quién es?
El Horario Imantado suele funcionar muy bien desde los 2,5 años, cuando los peques ya entienden rutinas visuales, hasta los 10 años, que es cuando normalmente ya han interiorizado la mayoría de las rutinas diarias y no necesitan tanto apoyo visual.
¿Por qué escoger un horario imantado?
Porque es visual, práctico y autónomo. Los niños entienden mejor lo que viene después cuando lo ven representado con imágenes. Un horario imantado les permite anticiparse, organizarse y participar activamente en sus rutinas, lo que reduce los enfados y mejora la cooperación.
Esto es lo que dicen las familias sobre el horario imantado:
David R. (papá primerizo)
Nunca pensé que un horario con imanes pudiera ayudar tanto. Mi hija ahora me dice: 'Papá, ¿ponemos los imanes?' Es lo primero que hace al despertarse.
Sara G. (mamá de 3 niños)
Me encantó que viniera con imanes en blanco porque cada niño tiene su ritmo. Les hace sentirse responsables y yo ya no tengo que repetirlo todo diez veces.
Inés F. (mamá de un niño con TDAH)
Es muy visual y eso le ayuda mucho a organizarse. Lo pusimos en la cocina y él mismo revisa qué toca. Lo recomiendo si buscáis más calma en casa.
Laura M. (mamá de dos niños, 4 y 7 años)
Desde que usamos el horario en la nevera, las mañanas ya no son tan complicadas. Mi hijo de 4 años va marcando solo lo que ha hecho y hasta se siente orgulloso. Ojalá lo hubiera tenido antes.
¿Tienes dudas?
¿Por qué es útil el horario imantado? ¿Qué lo hace diferente y por qué puede ser mejor que otros?
Porque está pensado desde lo que realmente necesitan los niños hoy en día: menos sobreestimulación y más claridad.
Vivimos rodeados de estímulos, opciones, ruido… y muchos horarios infantiles acaban siendo tan complejos o sobrecargados que agobian en lugar de ayudar.
Este horario es sencillo, claro y visualmente limpio. Tiene la cantidad justa de actividades para dar estructura sin saturar, y eso reduce la ansiedad tanto en peques como en adultos.
Además es práctico y funcional: se pega en cualquier superficie imantada, se puede mover con facilidad, y los niños pueden usarlo por sí mismos desde muy pequeños.
Esa autonomía diaria, ese “yo puedo solo”, fortalece su autoestima y reduce muchas batallas cotidianas.
Y si en vuestra familia hay rutinas diferentes o actividades especiales, no pasa nada: viene con pictogramas en blanco para personalizarlo y adaptarlo a lo que realmente hacéis.
En resumen: menos caos, más orden, menos peleas… y más conexión. Es una herramienta sencilla, pero muy potente.
¿A qué edad se puede empezar a usar el horario imantado?
Puedes empezar a usarlo desde los 2 años y medio o 3 años, cuando los peques ya entienden rutinas básicas y disfrutan de anticipar lo que viene después.
No hace falta que “lo sigan al pie de la letra”, simplemente ver las imágenes y hablar juntos de lo que haréis les da seguridad, lenguaje y sentido del tiempo.
Con el tiempo, ellos mismos te pedirán mover los imanes. ¡Y eso es una maravilla!
¿Y si mi hijo no quiere seguir el horario o se frustra si no lo cumple?
Totalmente normal. El horario no es para controlar, es una guía visual flexible. Si un día no apetece seguirlo o se frustra porque algo cambia, está bien.
Lo importante es usarlo como herramienta para hablar de lo que pasa, anticipar, validar emociones y encontrar juntos soluciones.
Frases como: “Hoy hemos cambiado el orden, y eso también puede pasar” ayudan mucho a normalizar los imprevistos.
¿Se puede personalizar el horario según nuestras rutinas?
¡Sí! El horario incluye imanes en blanco para que podáis dibujar o escribir vuestras propias actividades.
Además, hemos incluido 27 imanes ilustrados con actividades muy comunes, pero cada familia es única, así que puedes adaptar el horario a lo que más os funcione: siesta, paseo, videollamada con los abuelos, etc.FAQ 1 description
¿Dónde es mejor colocarlo y cómo lo usamos en el día a día?
Colócalo a la altura del niño, en un lugar visible: la puerta del frigorífico, una pizarra metálica, la entrada o su habitación.
Al empezar el día, podéis mirar juntos qué viene hoy.
Y si tu peque ya tiene más de 3 años, invítale a mover él los imanes o a decidir el orden de algunas actividades (como elegir si va primero a vestirse o a desayunar). Eso le da autonomía y motivación.
¿Qué pasa si un día cambia todo y no seguimos el horario?
¡Nada grave! Los horarios también enseñan que la vida tiene estructura pero no rigidez.
Puedes decir cosas como:
“Hoy tenemos una visita sorpresa, así que haremos una parte del horario y el resto lo dejamos para mañana.”
Esto les ayuda a entender que los planes pueden cambiar sin que sea un caos. Adaptabilidad y flexibilidad también se aprenden.